"Somos infalibles en nuestra elección de amantes,
especialmente cuando necesitamos a la persona equivocada.
Hay un instintio, un imán o una antena, que nos guía hacia
la peor decisión. La persona equivocada es, por supuesto,la adecuada para algo: para castigarnos, intimidarnos o humillarnos,
defraudarnos, darnos por muertos, o lo peor de todo, darnos la impresión
de que no es inadecuada..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario